Tu hijo necesita conocer y entender las normas de urbanidad, ya que lo ayudarán a desarrollar su autocontrol y le proporcionarán oportunidades para contribuir en la formación de un ambiente de convivencia más agradable para todos.
Asimismo tiene que aprender a comportarse adecuadamente y a tener buenos modales. Debe acostumbrarse a respetar las normas cívicas y a utilizar el sentido común para saber cómo puede actuar dependiendo del lugar y de las circunstancias. De ese modo su relación con los demás será más apacible.
El niño debe evitar conductas molestas para los demás y aprender a ser discreto y prudente. Debe comportarse cortésmente y con educación, cuidando siempre sus modales y sus palabras. Fomentar la empatía hacia los demás ayudará a tu hijo a comprender que ciertas formas de actuar o de decir las cosas pueden herir los sentimientos del otro.
El valor de cuidar el entorno que comparte con las otras personas debe adquirirse. Él debe conocer y poner en práctica las normas que se establecen para contribuir al cuidado de la ciudad o pueblo donde vive. Ser cívico no sólo es respetar el entorno, sino también cuidarlo.
¿QUÉ HACER?
Mostrá a su hijo que las normas de urbanidad no son iguales en todas partes y que debe adaptarse a ellas. Aprovechá los viajes y las visitas a otras casas para fomentar la observación y el aprendizaje: hay diferentes maneras de saludarse, formas de vestir, etcétera.
Hacé que las ponga en práctica. Enseñá a tu niño a guardar las formas y a tratar con deferencia a los demás. Practicá con él los buenos modales en la calle, en las tiendas, en la mesa, etcétera. Ayudalo a que se acostumbre a utilizar palabras amables para saludar, para despedirse, para pedir un favor y para dar las gracias.
Promové que su hijo se acostumbre a hablar en un tono adecuado y a responder de manera educada. Enseñale actitudes como ceder el paso y el asiento o hablar de usted a las personas mayores. Pedile que responda adecuadamente al teléfono utilizando palabras agradables y un tono de voz moderado.
Hacé que tome conciencia del impacto de sus acciones en el entorno. Para ello, preguntale qué pasaría si todo el mundo hiciese lo mismo: qué pasaría si nadie recogiera los papeles, si todo el mundo gritara, o si pisara las plantas del parque. Debe aprender a prever las consecuencias
No hay comentarios:
Publicar un comentario